Las muertes deben pesar en la conciencia de los gobiernos occidentales
Leo que en México hay un pueblo que se llama El Alberto que organiza una actividad de ocio para turistas tanto original y peculiar como polémica e indignante. Consiste en hacerles vivir la experiencia de ser un espalda mojada, un inmigrante irregular que cruza la frontera de manera ilegal hacia los Estados Unidos. Dicen que lo hacen para concienciar. Quizás funciona, yo tengo mis dudas. Leer pero el mismo día que los medios vuelven a hablar del drama del Mediterráneo, de pateras repletas de personas que se hunden, hace daño a los ojos ya la consciència.No es nuevo. Pasó hace dos años y se paró más atención para que el recién estrenado Francisco, dijo que era una vergüenza. Pero igualmente grave había sido la primavera de 2008 y anteriormente en 2006 pero piel muerta. Y así se han ido pierden vidas que no se ha llevado el Mediterráneo, no se equivoquen. Las muertes deben pesar en la conciencia de los gobiernos occidentales que ahora estremecen con las noticias que vienen de las costas italianas. Y corren a hacer reuniones de cara ala galería. Qué cinismo! Gobiernos que saben que su acción política genera todo este fenómeno. Gobiernos que favorecen regímenes o perpetúa dictadores o provoca y financia guerras que empuja a la población a huir de forma irregular y de ello se benefician las màfies.Aquestes personas se revelan contra el doble destino que unos indeseables, de occidente y de su país, los han impuesto. Estas personas luchan por sus derechos pero en Occidente está claro que no les interesa porque sólo velan por mantener y perpetuar una situación insostenible. No se pueden tener esclavos de por vida. Ya no. Las personas tienen derecho a vivir en paz en sus países y con sus recursos.No debería ser tan utópico debería poder ser. Ya lo escribió y después cantar Lluís Gavaldà y lo suscribo: «Hay una ley no escrita que para siempre se cumplirá. No importa de donde eres si lo que eres es pobre. Los hay que son turistas, otros sólo inmigrantes Un mundo dos clases de personas. «Somos personas.
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